Serie 58 de Béisbol en Cuba… a mitad del camino una mirada hacia atrás

Cortina, Elosegui, el mismo Anglada han reafirmado en esta misma Serie que los serpentineros son la “pata coja” de la mesa. No lancemos bombos y platillos pues y sigamos revisando haber que falta
Cortina, Elosegui, el mismo Anglada han reafirmado en esta misma Serie que los serpentineros son la “pata coja” de la mesa. No lancemos bombos y platillos pues y sigamos revisando haber que falta
Foto: Raidel Pedrera
Por Alexander García Milián

La niebla, esa sensación nublada y atroz de ver todo borroso me somete ahora mismo. Otra vez el humo denso opaca mi vista; llegan las analogías, Schopenhauer, Onetti, El arte de ser feliz, El pozo; si soy pesimista dirán que soy el que más, si hablo aunque hablare dirán por siempre que el fatalismo me abrazo eternamente, que sobre deportes no se ni jota, que un torneo como la Serie Nacional merece respeto. En fin tantas cosas.


Las palabras para comentar de béisbol llegan solas, como llega el invierno o la primavera, como llega febrero tras comenzar el año en enero. Las palabras para dialogar de pelota cubana son todo y nada en mis pensamientos.

Lo cierto es que tras el marasmo viene la calma; el máximo certamen beisbolero nos vuelve a convocar y entonces viene bien mirar atrás, hacia los primeros 45 juegos de la temporada.

El bateo sobre 280 de average nos pone a la par de las mejores ligas del planeta; pero quien no sabe ya a estas alturas que las estadísticas son frías, que las cifras parecen que dan el panorama completo y no, solo aporta matices. Pues no es loable entender que aquí se “desforra” la bola y en el extranjero no se le pueda batear a nadie. Es un departamento el de la ofensiva bastante sobrevalorado, “inflado” para decirlo en otros términos. Ahora en la segunda ronda algo de la realidad veremos cuando la calidad del pitcheo aumente y los equipos reforzados comiencen a funcionar mejor.



En el área de lanzadores a excepción de los estelares de Villa Clara, ningún otro cuerpo de pitcheo merece crédito; aclaro, no es tener uno o dos ases por staff, es poseer un balance equiparado entre abridores, relevistas y cerradores; equipos como Ciego tienen buenos abridores (Vladimir, Yander, Duquesne) pero hasta ahí. En este departamento, la cantidad de boletos otorgados exacerba el alto promedio de carreras limpias que sobrepasa las cuatro carreras por juego. 

Aunque no es secreto para nadie, muchos especialistas; Cortina, Elosegui, el mismo Anglada han reafirmado en esta misma Serie que los serpentineros son la “pata coja” de la mesa. No lancemos bombos y platillos pues y sigamos revisando haber que falta. 

Ver otros bateadores, diferentes zonas de strikes, entrenamientos más fuertes y mejor planificados; la cosa pudiera andar por ahí, bueno siempre a caminado por ese rumbo. Pero no hay mayor ciego que el que no quiere ver.



En la defensa, el hecho de estar sobre 970 no garantiza nada, pues a excepción de Mayabeque que jugo casi perfecto; los otros elencos hicieron de las suyas, incluso los seis que siguen en juego. Muchos partidos se perdieron por la suma de varios errores; Villa Clara perdió con Ciego el tercer juego de la subserie particular por cuatro errores seguidos en el sexto inning. 

También Industriales, Las Tunas, Holguín, dejaron ir muchos choques por la defensa y que decir de selecciones establecidas como Granma y Matanzas; uno de los acicates de su deplorable actuación fue en gran medida el pésimo fildeo.

En otro plano, de las notas negativas más impactantes: la pésima actuación de equipos como Granma- campeón nacional- ; Matanzas- el más estable de los últimos años; Pínar del Río- el mejor pitcheo de Cuba y uno de los cuatro grandes-.



Lo más destacado y es una opinión personal: el desempeño de Mayabeque, su llegada a los juegos de comodín.

Otras buenas llegaron con Sanctis Spiritus que regresó a la élite del béisbol cubano y quizás sin la generación dorada (hermanos Gourriel y compañía), tal vez ahora los Gallos den para hablar.

La primera parte de la Serie sin lugar a dudas pero sin epítetos gloriosos y triunfalistas dejo un agradable sabor a los aficionados, hubo competitividad desde el inicio y eso incentivo a los espectadores. 

Estimado lector quiero pensar que por algo se comienza y voy a creer que fue así, ojala mañana o en diciembre, incluso en febrero Cuba gane la Serie del Caribe en Venezuela y la cosa vaya en serio, ya estamos hartos de soñar y queremos que la pesadilla acabe de una vez.


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