Víctor anuncia que vivirá entre Miami y La Habana, que NO vuelve a dirigir y que...

Víctor Mesa no quiere mirar al pasado. Su principio y final es la familia, especialmente sus hijos. Afirma que en Cuba le cortaron las alas para estar en el béisbol y sueña con las nuevas que naceran en los días por venir. Víctor Mesa espera seguir volando alto
Víctor Mesa no quiere mirar al pasado. Su principio y final es la familia, especialmente sus hijos. Afirma que en Cuba le cortaron las alas para estar en el béisbol y sueña con las nuevas que naceran en los días por venir. Víctor Mesa espera seguir volando alto
Por Jorge Ebro.

Lejos están los días de la Explosión Naranja. Al menos eso parece cuando se contempla a este Víctor Mesa calmado y sereno. El que fuera estelar pelotero cubano contempla con optimismo la cita de este viernes en el Marlins Park, cuando sus hijos se exhiban delante de los 30 clubes de las Mayores.

De vuelta de todo y con millones de experiencias encima, Mesa ha venido a Miami a darles apoyo a Víctor Víctor Mesa y Víctor Mesa Jr. Ha venido, también, a abrir un nuevo capítulo en su vida, tras cerrar de un portazo emotivo el que escribía en la pelota cubana.

Repartiendo amores y polémicas, opiniones encontradas siempre, Mesa es un hombre de su palabra. Nunca renunciaría a una amistad como la de Orlando “El Duque’’ Hernández, a quien se unió en una entrevista por ESPN y El Nuevo Herald el pasado 23 de febrero que le habría traído problemas en su país.

Ya no quiere mirar al pasado. Su principio y final es la familia, especialmente sus hijos. Afirma que en Cuba le cortaron las alas para estar en el béisbol y sueña con las nuevas que naceran en los días por venir. Víctor Mesa espera seguir volando alto.


¿Cómo llevas la vida por estos días?

“Estoy tranquilo. Viste la entrevista [por Radio Rebelde] cuando llegué a Cuba. No me pusieron a dirigir los tres equipos. No fui a los Centroamericanos, a pesar del buen trabajo. Me dejaron dirigir Industriales este año pero dije que iba a renunciar’’.

¿Tiene algo que ver con tus hijos y su búsqueda de las Mayores?

“No fue porque los muchachos vinieran, porque yo nunca pensé dejar el béisbol de la forma en que lo dejé. Yo pensé que nunca iba a dejar este deporte ni estando muerto. No quiero buscar una polémica, pero creo que no se me respetó. No se me llamó. Yo creo que una entrevista que di con El Duque Hernández no sea para que no dirija esto o no haga lo otro’’.

¿Crees que esa entrevista fue la razón para alejarte?

“Lo vuelvo a repetir, El Duque es amigo mío en lo personal, jugamos mil años juntos, teníamos comunicación, mucho tiempo sin vernos. Cuando llego a Cuba veo que no estoy en ninguno de los equipos. A managers que no estaban dirigiendo los pusieron, y me digo que me estaban regulando y si me están regulando, me voy’’.


¿Cómo es el tema de la regulación?

“No sé si era una estrategia para que me fuera, para que no molestara más o para que esté como estoy, o una estrategia de los santos míos que me dijeron que era mejor así para que esté acompañando a mis hijos. A lo mejor es culpa de mi religión. En dos o tres días estoy por allá en Cuba. No se imaginen que me quedo aquí. Estoy de visita a ver los muchachos, pero sigo trabajando con jóvenes en un área de la ciudad deportiva’’.

Una persona con tu peso en Cuba, ¿cuesta creer que esa entrevista te haya perjudicado?

“Algo pasó cuando llegué a Cuba. No había tenido una indisciplina en la calle ni en el béisbol. Siempre me he dedicado al béisbol para levantarlo, pero se me quitaron las ganas, me cortaron las alas por completo’’.

¿Crees que volverás a dirigir?

“No. Ese es un capítulo cerrado en mi carrera. Cuando tomo una decisión es para siempre. No quisiera nunca separarme de mi esposa, pero si tenemos que separarnos, nos separamos. Es un ejemplo que te pongo. Llevamos 33 años de casados, es una persona que me quiere y da la vida por mí, pero si tengo que tomar una determinación la tomo. Yo no la empecé. Siempre trabajé duro para buscar multitudes, llenar estadios, para que el béisbol cubano creciera, pero estoy sin alas’’.


¿Te ha afectado ese alejamiento del béisbol cubano?

“No le he hecho mucho caso. Lo tomé como un capítulo cerrado. Al principio fue inquietante. Un director de equipo que conoce mucho, Frangel Reynaldo, me dijo que yo aún sentía por dentro, y le dije que no, que no sentía nada. Yo lo saqué de mi pecho todo. Lo que no me va a sacar nadie es el ser cubano, estar en Cuba. Jamás estaré en contra de nada ni del sistema. Pero solo quiero dedicarme a atender la familia y ser mejor cada día ahora en la tercera edad’’.

¿Estás contento con lo que han logrado tus hijos?

“Ellos son el orgullo más grande que tengo, y el sueño es que sean mejores que yo como peloteros. Otros lo han logrado. Puede ocurrir. El más chiquito fastidia diciendo que va a ser mejor que los dos, y el grande dice que eso hay que verlo, pero enseguida nos damos besos y abrazos. Son jaranas dentro de una familia de béisbol’’.

¿Qué les aconsejas en un momento tan importante?

“Que esto es puro béisbol mañana, tarde y noche, que esto no es fiesta ni discoteca. Como peloteros les digo que no lleguen tarde nunca, que se dediquen y que hagan caso a sus managers, que sean parte del grupo, que sean capaces de comunicarse. Para ser jóvenes saben el camino que quieren y lo están buscando’’.


¿Te dieron dolores de cabeza?

“No, eran excelentes porque ellos solo ocupaban el tiempo en el béisbol y cuando llegaban a la casa se bañaban y se quedaban dormidos. Yo sí le di dolores de cabeza a mi mamá’’.

¿Entonces te portabas mal con tu vieja?

“Yo tengo los apellidos de mi mamá. Nosotros nos criamos con mi mamá, no con nuestro padre. Ellos se separaron jóvenes. Mi madre se llamaba Olga Mesa Martínez. Mi mamá se hizo cargo de nosotros y con sus defectos y virtudes fue una gran guía. Cuando yo me reviso, digo que estoy bien, que alcancé cosas importantes’’.

Además de tu madre, ¿quién fue determinante en tu vida?

“Mi abuelo tenía mucha vista. No era bueno en el béisbol pero era árbitro. El iba a ver donde yo jugaba en el barrio y veía como yo capturaba las bolas y cómo yo me golpeaba los dedos de los pies, sin zapatos, y me reventaba el dedo grande y seguía jugando. Una vez mi mamá me quería sonar. Ella dijo que yo llegaba siempre tarde. Y él, que me decía Vito, le dijo a mi mamá: “te voy a decir una cosa por última vez, Vito es el que va a resolver los problemas de esta casa’’. Después de oír eso, cada vez que iba a correr, corría el doble. Cuando él se murió para mí era como una misión que tenía que lograr. Y lo logré. Siempre fui el puntal de la familia’’.


Hay una posibilidad grande de que compartas tu vida entre Cuba y Miami.

“Es que lo va a ser. Yo estoy seguro de que mis hijos van a lograr sus sueños. Se ha trabajado duro, junto con Sandy Gastón. Los tres van a lograr su objetivo. Es importante para esta comunidad seleccionar peloteros cubanos. Asistiría más público. Jeter fue un gran jugador, un gran estratega’’.

¿Imaginas una conferencia de prensa en el Marlins Park con Derek Jeter en una esquina, Víctor Mesa en la otra y tus hijos en el medio?

“Se puede lograr. Los sueños se logran’’.

Hablaste de la tercera edad, ¿cómo te ves en esta etapa de tu vida?

“Emocionante. Veo gente aquí en Estados Unidos que tienen mi edad y me veo bien. Cuando les digo que tengo 61 no lo creen’’.

¿Entonces todo listo para comenzar esta nueva etapa?

“Me están saliendo algunos achaques y me estoy revisando, algo que nunca antes había hecho. Acuérdate que voy a cumplir 62 años. Una cosa es la inscripción, pero esa edad es la que voy a cumplir. Estoy casi en la edad del retiro’’.


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