Por Alexander García Milián
Los caminos se cruzan, la historia se vuelve a repetir y la realidad se impone, Ciego de Avila e Industriales se ven las caras otra vez en la Serie 58. Este es el momento cumbre del torneo y decide la suerte de ambos conjuntos. Unos, los más fanáticos, creen en los azules; otros, los más realistas saben que con Ciego todo está definido.
En esta ocasión una diferencia de 2 juegos separan a los azules de los avileños. La cuarta posición se pone en disputa y con morbo incluido por lo caliente que está la competencia, el show se pinta solo.
Los aficionados nos comemos las uñas ya a pesar de que el juego no será visualizado por Telerebelde. ¿Quién sabe que habrá?; ya Holguín pago los platos rotos de la desesperación azul, luego en el Sandino también la cosa se puso fea... ¿Y ahora?.
Con siete victorias en nueve partidos los dirigidos por Roger Machado mayorean a los de Anglada, bueno en verdad y no es secreto, hace años los de la piña son los domadores de los capitalinos... ¿quién no lo sabe?
Aunque los analistas y algunos entendidos aún digan que nada está decidido, en clara evocación a Industriales,... la verdad señores es otra.
El momento actual tiene en mejor forma a Industriales, que viene de vencer a Villa Clara en sus predios, con nocaut incluido. Un suceso que exacerba las ínfulas de los habaneros.
Por su parte Ciego llega de una derrota como local ante las Tunas, su bestia negra desde hace años también. Pero hablando del calificativo, bestia negra, los Tigres se sienten seguros en predios industrialistas, ya pasaron la escoba hace algo más de un mes y desde este domingo irán por repetir.
Desde que Ciego obtuviera su primer campeonato tras vencer a Industriales, 4 victorias por una, con par de triunfos en el Latino. La masacre avileña ha sido constante en cada serie.
Con la posibilidad de tener a sus caballos en la lomita, Vladimir García y Yander Guevara, Roger irá por sepultar de a todas las esperanzas de Anglada.
La barrida es la opción a elegir por Industriales; es sin dudas la tarea del indio y una causa perdida a mi criterio, pero la suerte... es más que loca.
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