Pablo Civil: 'Era lo justo, y cualquiera, incluyendo a Industriales, hubiera hecho lo mismo'

El manager de Las Tunas habla de si escogió el rival para la final o no, escándalo que ha trascendido en la temporada 2018-2019
El manager de Las Tunas habla de si escogió el rival para la final o no, escándalo que ha trascendido en la temporada 2018-2019
Foto: Ricardo López

Por Freddy Perez

No creo que haya alguien más feliz en este instante que Pablo Civil, el leñador mayor, un director que supo inculcarles a sus pupilos la mentalidad ganadora que los llevó al estrellato de la 58 Serie Nacional de Béisbol.


Está eufórico y muy contento por el éxito, al que considera fruto de una gran obra colectiva, donde cada uno puso su granito de arena, desde los regulares, incluyendo a los refuerzos, hasta los jugadores de cambio y su equipo de dirección.

En medio de la alegría que lo embarga tiene palabras de elogio para el contrario que no se dio por vencido hasta el out 27 de cada partido. Le cuesta hablar de individualidades porque, según él, todos fueron importantes, en tanto asumieron que sin la unidad no podía alcanzarse la victoria.

Con el avezado timonel conversó Granma, para conocer sus impresiones acerca del histórico resultado, que coronó a los Leñadores tuneros por primera vez en la historia de nuestros campeonatos nacionales de béisbol.



–El año pasado estuvieron a punto de lograr el anhelado trofeo, sin embargo, no pudieron. ¿Cuál es la diferencia entre aquel equipo y este que acaba de coronarse?

–La diferencia está en el cambio de mentalidad de este conjunto, que creyó desde un inicio que sí se podía vencer y llegar a ser campeones, partiendo, en primer lugar, de mí como director, que fui mucho más maduro a la hora de tomar decisiones. Sabíamos que teníamos muchas individualidades que, si se unían en pos del gran objetivo, podíamos realizar la tarea.

«Aquella selección bateaba mucho, hacía varias carreras en cada partido, pero con muchas diferencias en los tres parámetros esenciales del juego: pitcheo, defensa y bateo, en cambio, este año se logró mayor armonía entre esos renglones».

–¿Hicieron algo diferente en los entrenamientos?

–Realizamos un concentrado muy bueno de tres meses, etapa en la cual insistimos en lograr una preparación individual y que el pensamiento técnico-táctico tributara al colectivo y a la gran meta final, que era ganar el campeonato.



–¿Cree que ha madurado como director?

–Mucho. Recuerdo que el año pasado la inexperiencia y la ansiedad estuvieron presentes, algo que logré resolver con la ayuda de un estratega como Frangel Reinaldo, quien me aconseja mucho, lo llamo a cada rato y leo siempre que puedo su libro Del béisbol casi todo. También trabajé en dominar la planificación de la estrategia, el estudio del contrario y el método de la observación.

–En cualquier obra colectiva siempre hay individualidades. ¿Puede mencionar algunas?

–Aunque insisto en que este triunfo es de todos, no se puede dejar de mencionar el papel de los líderes del conjunto, en especial de Danel Castro, fuente permanente de inspiración para los más jóvenes; además de otros que también se sumaron como Alexander Ayala, a quien todos llamamos «el guerrero», por lo que lucha y anima a los demás. Asimismo, no se puede dejar de mencionar el rol de Alomá, Yoelkis Cruz, Yadián Martínez, Dariel Góngora, Yunieski Larduet y Jorge Jhonson, entre otros muchos que aportaron a este resultado.

–¿Cuáles fueron las principales virtudes del equipo?

–La unidad y la disciplina que caracterizaron al conjunto durante todo el campeonato. Cada uno sabía lo que debía hacer. Si había que tocar la bola, venía alguien y lo ejecutaba a la perfección; a la hora de impulsar ocurría lo mismo, al igual que cuando era necesario un relevo eficiente, aparecía el brazo salvador, porque estaban preparados para ello. Este fue un equipo altamente competitivo.



–¿Qué papel le atribuye a los refuerzos?

–Su llegada resultó una bendición. Ayala había estado en la Serie 57 con nosotros y no dudamos en pedirlo. Es un pelotero excepcional que se pasa el partido empujando al resto del conjunto, y a Alomá lo había visto en la Serie Especial, ocasión en la que le dije que si se me daba la oportunidad lo iba a pedir, y así lo hice.

Tiene muchas habilidades para fildear y en el bateo demostró que no es segundo de nadie. Góngora y Yadián también realizaron su trabajo. Fueron muy batalladores, ganaron más del 70 % de los juegos que abrieron. Y creo que los refuerzos finales también cumplieron su cometido.

–¿Cuál es el secreto de tanto bateo por parte del equipo?

–No por gusto nos llaman leñadores. En eso han tenido mucho que ver los técnicos y entrenadores que me antecedieron, como Ermidelio Urrutia, Ángel Sosa, Rolando Ponce de León y otros. Tenemos un sistema de preparación diferente, que fue diseñado por nosotros desde que Frangel Reinaldo era director y yo atleta.

Hacemos muchos swings, con diferentes tipos de bates, en dependencia de la etapa de entrenamiento y competencia en que nos encontramos. Creo que esa ha sido la clave, además de la concentración de los jugadores a la hora de batear.



–Algunos hablan de que escogió el rival para la final. ¿Es cierto?

–Nunca. Pablo Civil no selecciona rivales. Sé que muchas personas comentaron que la última subserie no la jugamos tan fuerte porque no queríamos enfrentarnos a Industriales, pero no es así. En el mundo entero cuando tú estás clasificado das la posibilidad de descansar a los regulares y que juegue el resto del conjunto. Ese derecho nos lo habíamos ganado durante la competencia.

«Muchos no saben que contábamos con algunos jugadores como Yunieski Larduet, que habían jugado lesionados, al igual que Alomá, que tenía un tobillo con problemas, y Alexander Ayala con dolor en los cuádriceps del muslo. 

Los pusimos a descansar porque queríamos que se recuperaran para tenerlos listos en la etapa final. Era lo justo, y cualquier otro equipo, incluyendo a Industriales, hubiera hecho lo mismo».



–Villa Clara fue un digno rival. ¿Alguna consideración sobre la actuación de los Azucareros?

–Mis respetos para Villa Clara. Poseen un gran director como Eduardo Paret, quien luchó hasta el final. Ser subcampeón en el primer año de su carrera como mánager es algo que pocos han logrado. Mis felicitaciones para él, su elenco y para la afición villaclareña, que supo abarrotar cada noche el estadio Sandino, siendo muy respetuosa con nosotros. El resultado de cuatro victorias a una no dice lo reñido que resultó cada encuentro peleado de principio a fin.

–¿Qué le dices a la afición de Las Tunas?

–Ellos fueron el jugador número diez del equipo, por eso merecían la victoria. Este triunfo es, sobre todo, para ese pueblo que siempre nos apoyó, en las buenas y las malas. Agradezco también el apoyo de la dirección de la provincia, que en todo momento estuvo al tanto de cada detalle.


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