Por Alexander García Milián
Lo que recuerdo a los días es su cara cansada, un rostro que padece de fatiga extrema, lo veo y pienso que en algún momento caerá pero no, río con muecas cortas, se quita la gorra, se pasa la mano por la cabeza y al morderse el labio, mira de frente y vemos que es un tipo bravo.
No es el rey Pelé, no es de fútbol, es un tipo del béisbol, es Rey Vicente Anglada…Industriales gana, solo puede ganar, nunca perder, reza el slogan y allá vamos.
Es un tema este que quisieron hacer morir, con trampas, con enredos, con la falta de todo de tuneros y villareños pero no; unos dicen que se puso los pantalones tarde, otros que el año que viene ganan.
- Debimos ganar los juegos necesarios para no depender de otros,… la gente habla pero no, creo que fuimos nosotros…- salen unas opacas palabras y Anglada mira a la cámara, se muestra seguro, una mirada limpia siempre lo acompaña y ya… mató a todos con su respuesta.
Pauso el teclear, - “Anglada esto, Anglada aquello…”- miles de rumores, de criterios sueltos me aturden un poco; ni en sueños soy industrialistas, mi color favorito, como muchos es el azul pero no en la pelota.
Es Rey Vicente, le dice a Aroche, a Stayler y a Samón que carguen pilas, que se echen el equipo al hombro y provoca el efecto; catorce juegos ganados de diecisiete, Industriales por poco clasifica, bueno debió clasificar en verdad pero estamos aquí hablando.
Anglada es un tipo que tira al pecho, directo- Tírenme la candela a mí, siempre a mí- se ve una imagen borrosa, un mitin con sus jugadores y saca la casta.
Pasan imágenes, una, dos, tres, seis; fotos de Anglada tirándose en home, parece a Ty Cobb; boca abierta, como furioso, pelo engrifado, es un fenómeno, ayer y hoy.
Pero Anglada no es mago, aunque parezca no es mago; Anglada sube a Yandy Molina y a Héctor Ponce como abridores, su pitcheo se ahoga, la asfixia lo cuece todo; sube a Molina y a Ponce y le sale bien. El novel Molina responde y es el as del equipo en los juegos finales.
Cuando se lesiona Andrés Hernández- On fire- en los primeros juegos de la serie, hasta Anglada pensó en jugar él, hiso maravillas y por poco debe poner a tres terceras bases para tapar el hueco.
Ahora, cuando restan minutos para que inicie la final, nadie dirá, pocos expresarán que lo más significativo de esta postemporada es la ausencia de Industriales, pero Anglada no es mago, es un simple mortal y punto.
Nos vemos a la vuelta.
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